Cada campo de la ciencia tiene su aniversario favorito.
Para la física, son los Principios de Newton de 1687, el libro que introdujo las leyes del movimiento y la gravedad. La biología celebra El origen de las especies de Darwin (1859) junto con su cumpleaños (1809). Los fanáticos de la astronomía conmemoran 1543, cuando Copérnico colocó el sol en el centro del sistema solar. Y para la química, ninguna causa de celebración supera el origen de la tabla periódica de los elementos, creada hace 150 años en marzo por el químico ruso Dmitrii Ivanovich Mendeleev. La tabla de Mendeleev se ha vuelto tan familiar para los estudiantes de química como las hojas de cálculo para los contadores. Resume una ciencia completa en aproximadamente 100 cuadrados que contienen símbolos y números. Enumera los elementos que componen todas las sustancias terrenales, dispuestas de manera que revelen patrones en sus propiedades, guiando la búsqueda de la investigación química tanto en la teoría como en la práctica.
"La tabla periódica", escribió el químico Peter Atkins, "es posiblemente el concepto más importante en química". La mesa de Mendeleev parecía una carta ad hoc, pero pretendía que la mesa expresara una profunda verdad científica que había descubierto: la ley periódica. Su ley reveló relaciones familiares profundas entre los elementos químicos conocidos (exhibían propiedades similares a intervalos regulares (o periodos) cuando se ordenaban según su peso atómico) y permitían a Mendeleev predecir la existencia de elementos que aún no se habían descubierto. "Antes de la promulgación de esta ley, los elementos químicos eran meros hechos fragmentarios e incidentales en la Naturaleza", declaró Mendeleev. "La ley de periodicidad primero nos permitió percibir elementos no descubiertos a una distancia que antes era inaccesible para la visión química". La mesa de Mendeleev hizo más que predecir la existencia de nuevos elementos. Validó la creencia entonces controversial en la realidad de los átomos. Insinuó la existencia de una estructura subatómica y anticipó el aparato matemático subyacente a las reglas que rigen la materia que finalmente se reveló en la teoría cuántica. Su mesa terminó la transformación de la ciencia química del misticismo mágico medieval de la alquimia al reino del rigor científico moderno. La tabla periódica simboliza no solo los constituyentes de la materia, sino la lógica lógica y la racionalidad basada en principios de toda la ciencia...
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