Semana Santa, conmemoramos el juicio, la crucifixión y la muerte de Jesús, este pasaje bíblico que narra el evangelio de Lucas, fue una situación muy importante (San Lucas 23, 1-25), el pueblo tuvo que elegir, la autoridad interrogó a la multitud, Poncio Pilatos les dio el derecho de elegir, de determinar el presente y el futuro de éstos dos hombres. Esta elección tuvo consecuencias en los que habitaron aquella ciudad, no fue un hecho aislado o anecdótico, se desarrolló en una fecha religiosa importante, tuvo un gran impacto social para los ciudadanos. Si extrapolamos este hecho al presente podríamos decir con algunas manchas legales que Poncio Pilatos, actuó como un "demócrata tradicional", de facto le devolvió el poder al pueblo y el pueblo actuó en consecuencia, Vox populi, Vox Dei (La voz del pueblo es la voz de Dios), la mayoría pidió la liberación de Barrabás. San Lucas narra que el personaje liberado era un líder ladrón y cómplice de asesinatos, pero se infiere que era un nacionalista que repartía un porcentaje de lo robado con el pueblo más pobre y con otros líderes corruptos. Quizá, podríamos decir que éste perfil tiene cierto símil con algunos líderes de la actualidad política, muchos políticos tradicionales se parecen a Barrabás. El hecho es que el pueblo eligió mal, Jesús, el inocente, no era lo que ellos esperaban, a pesar de que unos días antes lo recibieron con palmas y lo proclamaron rey, pero a fin de cuentas no era el perfil de líder que ellos esperaban. De este acontecimiento podemos concluir con cuatro verdades: la primera, el pueblo no siempre tiene la razón, la segunda, la voz del pueblo no siempre es la voz de Dios, la tercera, decidir sobre la verdad y la justicia no siempre es cuestión de mayorías, y la cuarta verdad, después de más de dos mil años, tenemos un "sistema democrático mejorado", pero aún después de todo eso, el pueblo continúa eligiendo a los mismos ladrones y asesinos como sus principales líderes. Cada pueblo tiene los líderes que se merece, aunque esto suene a condena, es una situación que hay que revertir, porque es una cuestión de vida, verdad, respeto, amor, justicia y bienestar social, seguir tolerando este modelo social y estructura legal corrupta es inviable, ¡¡hay que cambiar el veredicto, condenen a Barrabás como se merece y liberen a Jesús!!
Semana Santa, conmemoramos el juicio, la crucifixión y la muerte de Jesús, este pasaje bíblico que narra el evangelio de Lucas, fue una situación muy importante (San Lucas 23, 1-25), el pueblo tuvo que elegir, la autoridad interrogó a la multitud, Poncio Pilatos les dio el derecho de elegir, de determinar el presente y el futuro de éstos dos hombres. Esta elección tuvo consecuencias en los que habitaron aquella ciudad, no fue un hecho aislado o anecdótico, se desarrolló en una fecha religiosa importante, tuvo un gran impacto social para los ciudadanos. Si extrapolamos este hecho al presente podríamos decir con algunas manchas legales que Poncio Pilatos, actuó como un "demócrata tradicional", de facto le devolvió el poder al pueblo y el pueblo actuó en consecuencia, Vox populi, Vox Dei (La voz del pueblo es la voz de Dios), la mayoría pidió la liberación de Barrabás. San Lucas narra que el personaje liberado era un líder ladrón y cómplice de asesinatos, pero se infiere que era un nacionalista que repartía un porcentaje de lo robado con el pueblo más pobre y con otros líderes corruptos. Quizá, podríamos decir que éste perfil tiene cierto símil con algunos líderes de la actualidad política, muchos políticos tradicionales se parecen a Barrabás. El hecho es que el pueblo eligió mal, Jesús, el inocente, no era lo que ellos esperaban, a pesar de que unos días antes lo recibieron con palmas y lo proclamaron rey, pero a fin de cuentas no era el perfil de líder que ellos esperaban. De este acontecimiento podemos concluir con cuatro verdades: la primera, el pueblo no siempre tiene la razón, la segunda, la voz del pueblo no siempre es la voz de Dios, la tercera, decidir sobre la verdad y la justicia no siempre es cuestión de mayorías, y la cuarta verdad, después de más de dos mil años, tenemos un "sistema democrático mejorado", pero aún después de todo eso, el pueblo continúa eligiendo a los mismos ladrones y asesinos como sus principales líderes. Cada pueblo tiene los líderes que se merece, aunque esto suene a condena, es una situación que hay que revertir, porque es una cuestión de vida, verdad, respeto, amor, justicia y bienestar social, seguir tolerando este modelo social y estructura legal corrupta es inviable, ¡¡hay que cambiar el veredicto, condenen a Barrabás como se merece y liberen a Jesús!!
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