Quiero compartir una pequeña experiencia con ustedes: no soy un nativo digital, es decir, cuando nací y luego de ser niño, no existía todo lo que conocemos hoy, en cuanto a la tecnología que tenemos a la mano, yo más bien soy de la generación del libro, la enciclopedia, el diccionario, los museos y las bibliotecas. Para acceder físicamente a la información de la biblioteca, tenía que traer un carnet y viajar en un bus desde mi casa a ese lugar de culto. Había que esperar el aviso del bibliotecario para entrar en silencio y buscar los libros de consulta para los trabajos o asignaciones. Por lo menos había que leer de tres a cinco libros si era un trabajo individual y si era un trabajo grupal mínimo leíamos entre ocho a doce libros. En forma metódica, elaborábamos fichas textuales, fichas de resumen, fichas de comentario y de preguntas, además en algunos casos teníamos que dibujar información importante sobre todo en temas de geografía, anatomía, botánica, arte, etc. Luego de este proceso integrábamos toda la investigación y agregábamos con nuestras propias palabras nuestra descripción, análisis y conclusiones. Todo el grupo salía a exponer lo aprendido, con mucha adrenalina de por medio, por supuesto en un nivel escolar, realizado con mucho esfuerzo, a la edad de quince años en cuarto año de secundaria era realmente una experiencia significativa para nosotros. A los dieciocho años recién vi una computadora versión 286 en mi casa, no era fácil operar aquella máquina, casi no podíamos tocarla por temor a malograr alguna función, solo la observaba por todos lados con curiosidad. Posteriormente tuve que aprender algunos comandos y códigos para hacer cosas pequeñas, pero la PC no estuvo por mucho tiempo en casa. Hoy, los procesos de aprendizaje e interacción social tienen nuevas condiciones y situaciones, el tema del Internet, sus herramientas, plataformas, apps y todas las tecnologías de las comunicaciones son un escenario importante a tomar en cuenta. Las anteriores capacidades descritas al principio y las nuevas que nos demandan el uso de la tecnología y el conocimiento de la realidad social, tienen que integrarse y producir nuevas capacidades adaptadas a este tiempo. Todos éstos elementos admirables son eficientes para usarlos en el campo de la educación, digo esto porque es mi profesión y es a lo que me dedico. Hace diecisiete años aprendí a cambiar el chip de manera gradual, es decir, perdí el temor de revisar y usar una PC, empecé a estudiar la lógica de esta tecnología, luego aprendí a navegar en la web y a buscar la información con un método así como en otro tiempo lo hice con las enciclopedias, museos y bibliotecas, aprendí a tomar el pulso a la sociedad leyendo, escuchando y viendo información importante y especializada. Además, puedo diseñar y aplicar distintos proyectos en las plataformas más conocidas, verdaderamente es todo un conjunto de tecnologías que usadas de manera pertinente pueden generar muchos beneficios con costos competitivos. Hay que investigar para trabajar de manera útil y aprovechar el tiempo sin desperdiciar nuestro esfuerzo, debemos comprometer el ser, la emoción y la razón para poner la tecnología a nuestro favor. Por eso cambiemos el chip, el hoy nos lo demanda, los nativos digitales esperan que hagamos ese trabajo con criterio, prudencia y creatividad, sumándoles nuestras capacidades, solo así los podremos guiar en los nuevos aprendizajes.
  La creación de un mundo recargable le ha valido a tres científicos el Premio Nobel de Química 2019.  John B. Goodenough de la Universidad de Texas en Austin, M. Stanley Whittingham de la Universidad Binghamton en Nueva York y Akira Yoshino de la Corporación Asahi Kasei en Tokio y la Universidad Meijo en Nagoya, Japón, ganaron por sus contribuciones al desarrollo de baterías de iones de litio . Estas baterías livianas y recargables alimentan todo, desde dispositivos electrónicos portátiles hasta autos eléctricos y bicicletas, y proporcionan una forma de almacenar energía de fuentes de energía renovables pero transitorias, como la luz solar y el viento.  "Esta batería ha tenido un impacto dramático en nuestra sociedad", dijo Olof Ramström, químico de la Universidad de Massachusetts Lowell y miembro del Comité Nobel de Química de 2019, el 9 de octubre  durante el anuncio  del premio por la Real Academia de Ciencias de Suecia. en Estocolmo  “Está claro que los des...
 
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