En un nuevo informe publicado el 30 de octubre de 2019, los
investigadores de la Universidad Penn State detallan un nuevo diseño de batería
de iones de litio que podría permitir la carga de vehículos eléctricos (EVC) en
10 minutos, dando aproximadamente 200 millas (320 kilómetros) de pop sin
reducir la vida útil de la batería. La carga lenta ha sido la ruina de los
vehículos eléctricos durante décadas, incluso con las estaciones más avanzadas
que proporcionan no más de 60-80 millas (96-128 kilómetros) de alcance
adicional por hora, lo que hace que la tecnología parezca un sueño de ciencia
ficción. La falta de progreso en esta área se debe principalmente al enchapado
de litio, que se refiere al proceso donde una gran cantidad de energía entrante
obliga a los iones de litio a moverse a una velocidad de reacción más rápida y
acumularse en la superficie del ánodo, dañando así la batería. Al implementar
un método llamado Modulación Asimétrica de Temperatura, los investigadores
pudieron calentar una batería de iones de litio a una temperatura constante de
60 grados Celsius (140 ° F) durante la carga, y luego descargarla a
temperaturas más frías. Esto les permitió cargar celdas, módulos y paquetes de
baterías a gran escala utilizados en los EVC de hoy en día al 80% de su
capacidad total en menos de diez minutos, lo que hace que el sueño de cerrar la
brecha entre la carga de EVC y llenar un tanque de combustible sea un gran
trato más cercano a la realidad. La clave del éxito aquí fue una lámina de
níquel autocalentable de bajo costo que permitió el calentamiento necesario en
aproximadamente 30 segundos. Las altas temperaturas detienen el desarrollo del
revestimiento de litio, pero también aceleran la degradación de la batería. En este caso, sin embargo, se descubrió que las baterías retienen hasta el 91.7% de su capacidad después de 2.500 ciclos de carga, todo gracias al calor que seacumula durante no más de 10 minutos por carga...
Por primera vez, los investigadores han realizado una versión del famoso experimento de doble rendija con partículas de antimateria. El experimento de doble rendija demuestra uno de los principios fundamentales de la física cuántica: las partículas puntuales también son ondas. En la versión estándar del experimento, las partículas viajan a través de un par de rendijas en una barrera sólida. En una pantalla en el otro lado, aparece un patrón de interferencia típico de las ondas. Las crestas y valles que surgen de cada ranura se refuerzan entre sí o se cancelan entre sí cuando se superponen, creando bandas alternas de alta y baja densidad de partículas en la pantalla. Este tipo de experimento ha revelado la dualidad onda-partícula de fotones, electrones, átomos e incluso moléculas grandes ( SN: 11/20/10, p. 20 ). Pero es muy difícil generar un haz fuerte y uniforme de antipartículas para hacer el experimento con antimateria. Ahora, un nuevo experimento de estilo de
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