Una dosis única de ketamina puede reducir el consumo problemático de alcohol . Tomado en el contexto correcto, la droga alucinógena puede debilitar la atracción de las señales que provocan que las personas beban cerveza, informan los investigadores el 26 de noviembre en Nature Communications. La influencia de la ketamina en la bebida de las personas fue modesta. Aún así, los resultados podrían ser un momento en que "los pequeños efectos cuentan una gran historia", dice el investigador de adicciones David Epstein del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas en Baltimore. "Si una experiencia única aparentemente pequeña en un laboratorio produce algún efecto que se puede detectar más adelante en la vida real, los datos probablemente apunten hacia algo importante". El estudio gira en torno a la idea de que la adicción, en cierto modo, es un trastorno de la memoria. Las personas aprenden a asociar una droga o alcohol con los buenos sentimientos que trae. Las señales en el mundo, como el olor o la imagen de una cerveza, pueden desencadenar esos recuerdos y antojos. "Estamos tratando de romper esos recuerdos para evitar que ese proceso suceda y evitar que las personas recaigan", dice el coautor del estudio Ravi Das, psicofarmacólogo del University College London. La ketamina es un anestésico que, en dosis más bajas, también se ha mostrado prometedor como tratamiento para la depresión severa ( SN: 21/3/19 ). La droga también puede afectar los recuerdos. Uno de los efectos de la ketamina en el cuerpo es interferir con una molécula llamada NMDA, que está involucrada en la reforma de los recuerdos después de que son llamados. Das y sus colegas reclutaron a 90 personas que dijeron que bebían demasiada cerveza, aunque ninguna fue diagnosticada formalmente con adicción al alcohol. Primero, los participantes estuvieron expuestos a fotos de cerveza e incluso pudieron tomar una en el laboratorio. Durante la experiencia, calificaron sus antojos de cerveza, el placer de beber, y después de que la cerveza se fue, el deseo de tomar otra. Unos días después, los participantes regresaron al laboratorio y se dividieron en tres grupos. A las personas de un grupo se les mostraron nuevamente fotos de cerveza para refrescar sus recuerdos. Para que la memoria se acordara de una forma extra fuerte, los investigadores sirvieron cerveza real, pero luego, en un giro, se la llevaron antes de que los participantes pudieran beberla. La maniobra de cebo y cambio fue clave, dice Das. "Hay que generar el elemento sorpresa", dice. A modo de comparación, a un segundo grupo se le mostraron imágenes de jugo de naranja en lugar de cerveza. Luego, las personas en ambos grupos recibieron una dosis intravenosa de ketamina. Un tercer grupo tuvo recuerdos de cerveza, pero no recibió ketamina. Una semana después del procedimiento, las personas que tenían sus recuerdos de cerveza activados antes de recibir ketamina informaron menos deseo de beber y menos disfrute de la cerveza, una reducción que no fue tan fuerte para los otros dos grupos de participantes. Las personas que tenían sus recuerdos de beber cerveza trotaban y recibían ketamina también informaron que bebían menos. Los resultados fueron sorprendentes, dice Das, porque los intentos de frenar el consumo de alcohol en la vida cotidiana rara vez tienen éxito ( SN: 8/9/17 ). “Te cansas. No parece que mucho funcione ”, dice. Nueve meses después del procedimiento, todos los participantes, incluidos aquellos que no habían recibido ketamina, habían reducido a la mitad su consumo de cerveza, una caída generalizada que podría explicarse por la autoconciencia que proviene simplemente de inscribirse en un estudio, dice Epstein. "El comportamiento puede cambiar por todo tipo de razones que no son específicas del tratamiento experimental", dice. Lo interesante aquí, dice, es la disminución inicial de la bebida entre las personas que tomaron ketamina mientras recordaban la cerveza. Se necesita más investigación para confirmar el efecto a corto plazo de la ketamina en el consumo de alcohol y ver cuánto tiempo puede durar. Das y sus colegas planean probar la ketamina en más personas con hábitos de consumo problemáticos en ensayos clínicos. Los investigadores también están tratando de debilitar otros tipos de recuerdos problemáticos, como los involucrados en el trastorno de estrés postraumático. Como una droga que se puede abusar, la ketamina viene con un equipaje que puede hacer que las personas sean reacias a verlo como una forma de tratar las adicciones. Pero si una sola dosis de ketamina puede retrasar el consumo excesivo de alcohol, "entonces es una compensación bastante fácil desde una perspectiva de salud", dice Das. "Si funciona, funciona".
CITAS
RK Das y col. La ketamina puede reducir el consumo nocivo al reescribir farmacológicamente los recuerdos de consumo . Comunicaciones de la naturaleza . Vol. 10, 26 de noviembre de 2019. doi: 10.1038 / s41467-019-13162-w.
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