En los últimos años, el Perú ha visto un aumento en las protestas sociales y los disturbios en todo el país. Estas protestas se deben a una variedad de problemas, incluyendo la corrupción, la desigualdad económica y social, la falta de acceso a servicios básicos como el agua potable; además, una educación de poca calidad en las zonas rurales o en zonas alejadas de la capital del Perú; también, la inseguridad ciudadana que afecta a toda la población, la persistente impunidad frente a los actos delictivos de los gobernantes y políticos mediocres, y por último una deficiente atención médica para los más pobres, en suma, un conjunto de razones que son el caldo de cultivo de la protesta popular.
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