La solemnidad de Pentecostés es una fiesta litúrgica que se celebra cincuenta días después de la Pascua, en la que se conmemora la venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles. Esta fiesta marca el nacimiento de la Iglesia Católica y el inicio de su misión evangelizadora. En la Iglesia Católica, se celebra el Pentecostés con una Misa solemne, en la que se lee el relato bíblico de los Hechos de los Apóstoles (2,1-11), que narra cómo el Espíritu Santo se manifestó con un viento impetuoso y lenguas de fuego sobre los discípulos reunidos en el cenáculo. También se cantan himnos y salmos alusivos al Espíritu Santo, como el Veni Creator Spiritus o el Veni Sancte Spiritus. Durante la Misa, se invoca al Espíritu Santo para que renueve los dones y los frutos que ha concedido a los fieles en el bautismo y la confirmación. Estos dones son siete: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Los frutos son doce: amor, gozo, paz, paciencia, benign